jueves, 3 de enero de 2013

Alma


Al fin abrió los ojos, -lo he logrado- se dijo a sí mismo el doctor, alumbró esos ojos azules para poder observar cómo la pupila reaccionaba ante tal evento, probó los reflejos como normalmente se hace en un chequeo y dio unos cuantos pasos para atrás; él enfocó bien y pudo ver esa bata blanca, cabello cano y expresión un poco cansada -¿Dónde estoy?-, preguntó con una voz un poco lenta y seca, -es lo de menos- dijo el doctor mientras sacaba el último cigarrillo de una cajetilla un poco maltratada -lo importante es que estás con vida- intentó calmarlo ofreciéndole un poco de agua, -en unos momentos podrás levantarte y andar, sólo debes acostumbrarte- éstas palabras sólo lo inquietaron más -¿Quién soy? ¿Qué día es? ¿Cómo diablos llegué aquí?-, el doctor puso su mano en su hombro y mientras sacaba el humo por las narices lo quiso tranquilizar.
-¿Al menos puedes responder alguna pregunta?
-No te esfuerces, en unos momentos las responderé
-¿Qué sucedió?
-No me gusta la palabra, pero podría decirse que un "milagro"
-¿Milagro?
-Así es, lo importante es que estás bien y no hay ningún problema
Volvió a ofrecerle un poco de agua mientras lo observaba detalladamente, cosa que lo inquietaba mucho, no podía recordar nada de lo sucedido, y al intentar, le dolía un poco la cabeza. -Tómalo con calma, no quieras correr antes de caminar- el doctor soltó una pequeña risa al mismo tiempo que fumaba del cigarrillo.
Comenzó a mover el brazo derecho con un poco de dificultad y luego el izquierdo, tal parecía que no tenía ningún problema, su cuerpo se sentía bien y no veía alguna cicatriz o algo extraño en su cuerpo. El doctor regresó al cabo de un rato y lo miró alegremente mientras se subía las mangas de la bata un poco -parece que te estás acostumbrado bastante rápido, te dije que sólo era cuestión de tiempo- acercó una silla y se sentó mientras buscaba algo sobre una mesa "¡ajá!" exclamó mientras sostenía un espejo con una mano -sin duda eres mi mejor trabajo- tomó rápidamente el espejo y observó lo que reflejaba; en un inicio estaba sorprendido, pero después no sabía que sucedía exactamente.
-Estoy muy viejo ya, sólo quería hacer mi última gran obra
-¿Pero qué es esto?
-Libertad
-¿Cómo?
-Quiero que goces de lo mismo que yo hice en mi vida
Sostuvo el espejo con una mano mientras tocaba su cara con la otra -¿Qué diablos soy?-, el doctor se levantó de la silla y tomó otra caja de cigarrillos que se encontraba sobre un banco, la abrió lentamente, la golpeó contra su mano y sacó un cigarro para después prenderlo, -una máquina-, éstas palabras lo dejaron mudo, sabía que no recodaba nada y todo era muy extraño pero sabía que el reflejo del espejo no mentía, no podía engañar ese reflejo.
Quiero que tengas los mismo privilegios que yo tuve y seas mi último gran experimento, si eres capaz de adaptarte en la sociedad y ella adaptarse a ti, tienes lo que ninguno otro tuvo: la capacidad de cuestionarte, ese elemento tan simple que puede parecer, es lo que te da la vida y la libertad de tus decisiones, ahora solo debes preguntarte si quieres vivir como uno más de los tuyos o arriesgarte y vivir como uno más de nosotros, eso, ya depende de ti; yo estoy muy viejo como podrás ver, ya sólo me quedan unos cuantos días de vida y es por ello que decidí hacer éste último intento.
Miró nuevamente el reflejo del espejo e intentó entender todo lo que había escuchado, por lo visto él era su gran y única obra, pero no sabía cómo continuar ¿Cuál era su nombre? ¿Tenía familia? ¿Tenía un perro? ¿De dónde era?, eran demasiadas preguntas y no sabía por dónde comenzar, pero quizá, eso era lo que lo hacía más humano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario